La reforma laboral del gobierno Petro superó su tercer debate en la Comisión Cuarta del Senado y se alista para la plenaria en la primera semana de junio, donde se jugará su futuro antes del 20 del mismo mes. La iniciativa propone cambios estructurales al régimen laboral colombiano, como ampliar el recargo nocturno desde las 7 p.m., aumentar el recargo dominical al 100 % en forma escalonada y formalizar parcialmente el contrato de aprendices del Sena, sin convertirlo en contrato laboral.
Otros puntos aprobados incluyen la regulación del trabajo en plataformas digitales —con aporte empresarial del 60 % a la seguridad social para repartidores independientes—, nuevas licencias remuneradas por trámites escolares y judiciales, y la formalización progresiva de madres comunitarias y manipuladores del PAE, aunque condicionada a aval fiscal. Sin embargo, se rechazaron propuestas como ampliar la licencia de paternidad o permitir ausencias por ciclos menstruales incapacitantes.
El contrato sindical fue revivido, a pesar de la intención del gobierno de eliminarlo por considerarlo una forma de tercerización, especialmente en el sector salud. La duración del contrato a término fijo se amplió hasta cinco años, y se establecieron criterios más estrictos para que no se use de forma irregular. La reforma busca recuperar derechos laborales, pero enfrenta tensiones políticas y jurídicas que podrían definir su destino en la próxima sesión del Senado.